Los dos solos y una tarde de invierno. Sofá, películas y caricias en la nuca. Miradas furtivas y risas espontáneas mientras me acercaba más a ti. Aroma de café y naranja en el salón de tu casa. Besos robados y regalos. Tus fotos de hace años y la nieve; mi música y la luna que nos sonreía desde tu balcón. Tu ciencia y mi Arte.
Hubiera detenido el tiempo, lo sabías, solo por eso era inevitable que acabaran esos días cálidos y nuestras dulces noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario