Sus días son iguales, sobre todo después de quedarse sin trabajo. Estudio, estudio y estudio es lo que le queda, a pesar de anhelar una aventura tras otra. Pero ese es el camino que ha elegido y desde pequeña le enseñaron a ser consecuente con sus actos. Una puta mierda de moral que le pesa toneladas en la conciencia.

Sus días son iguales, se levanta temprano y arrastra los pies hasta el baño, donde se desprende de los sueños cálidos de la noche anterior con una ducha para después bajar a desayunar. Joder, cuántas veces me ha dicho que adora despertar y ver que no hay nadie en casa, NADIE. Pero yo sé que no es verdad, sé que realmente anhela un cuerpo al que abrazarse todas las noches y enroscarse en él. Lo sé por su mirada, pero siempre intenta confundirme con las palabras equivocadas que escupe.

Sus días son iguales, no lo dudo, la rutina le engulle cada día un pedazo más de sus fantasías. Sus amigos no podemos hacer nada más que ver el "espectáculo" tras la barrera de cristal que ella ha construido para reservar sus mierdas (como las llama).

Sus días son iguales y su único deseo es refugiarse horas y horas tras un buen libro. Siempre dice que le gusta leer, yo sé que busca entre páginas aventuras de vida que no tiene, que no crea, que no vive.

Sus días son iguales porque ella quiere que sean así...

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