Anoche llamaron a mi puerta varias veces. No tiene mirilla pero tampoco pregunté quién era. Me acerqué lentamente hasta deslizarme por la superficie de madera fría.
Mi cabeza y mis ojos no sabían quién estaba detrás, pero mi corazón, en movimiento frenético me hizo sospechar que sí.
Asustada, me separé rápida de la puerta. ¿Qué hace aquí? ¡No estoy preparada! 

La respiración se me aceleró hasta un punto insospechado, me sudaban las manos, el corazón no me dejaba de latir, ¡corre! ¡¿qué hago?! No, no, no... Mi angustia no me dejaba pensar, como siempre que se acerca un problema y no sé cómo afrontarlo. Puedo permanecer callada y así pensará que no estoy en casa o que estoy dormida y así pasarán de largo o puedo también decir que no estoy en casa haciéndome pasar por otra persona, pero quizá quiera entrar y esperarme. ¡Piensa, por favor!
En un segundo pasaron por mi cabeza tantos comentarios de amigos desde hace años, tantas veces me decían lo mismo, me advertían, pero yo no hice caso y me reía tranquilamente. Al final vino a por mi... Pero ahora no puede ser, ¡no estoy preparada!¡No estoy preparada, joder! Tengo tanto que hacer...

Me doy cuenta que caen lágrimas de desesperación por mi cara. No quiero que nadie lo note, no quiero que nadie lo vea, ¿cómo lo voy a explicar después? Mi corazón y mi mente se empiezan a tranquilizar. Respiro hondo. Miro a la puerta. Sé que cuando la abra ya no volveré atrás, lo sé y solo lo siento por aquellos que no lo quieran aceptar. 
Decidida, tomo aire nuevo en mis pulmones a pesar que el ambiente que rodea está viciado y pongo mi mano en el picaporte. Sé que aún estás ahí, siempre he sabido que estabas, pero nunca he querido que dominaras mi vida y me hicieras feliz. Menuda gilipollas.

Estoy tranquila, voy a entregarme por fin a mis sueños, cambiar de vida, elegir mi camino. Me siento feliz.

Anoche soñé que llamaron a mi puerta varias veces. Sabía quién era, pero volví a meterme en la cama y apagué la luz. Mis ojos se humedecieron, lancé un suspiro de resignación y un "hasta mañana vida".

Por favor, sigue llamando a mi puerta, por favor, por favor. No te olvides de mí...Un día diré que sí, lo prometo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario